Antonio Muñoz Molina pasea por las calles, hace recados y vive como cualquier otro vecino de Ademuz con la calma y el sosiego que la vida le ha ido arrebatando a lo largo de los años. Las cámaras de Salvados le acompañan en este deambular por este pueblo valenciano de apenas mil habitantes, el lugar que su pareja, Elvira Lindo , visitó miles de veces durante su infancia y que ahora se ha convertido también en su refugio.

Mientras se le escucha hablar del clima y de sus preocupaciones como hortelano con los tenderos, pocos dirían que estamos ante uno de los escritores españoles más reconocidos , que llegó a ser director del Instituto Cervantes de Nueva York y que ha vivido en grandes ciudades de medio mundo, acompañado, desde hace 35 años, de su inseparable Elvira, otra de las m

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