En principio parece una tarea fácil para cualquier persona distinguir entre los seres vivos que pertenecen al reino animal y al reino vegetal. Pero todo se complica cuando descubrimos que existen curiosas criaturas que no tienen nada que ver con las plantas en apariencia, salvo en el hecho de que son capaces de nutrirse o de beneficiarse de la luz solar mediante la fotosíntesis.

Esto es posible no porque dichos animales puedan, por sí mismos, convertir la energía del sol en su fuente de alimento, sino porque desarrollan relaciones simbióticas con otras formas de vida, principalmente algas, que sí que poseen dicha capacidad fotosintética.

Quizá el caso más conocido es el de la babosa esmeralda ( Elysia chlorotica ), un molusco marino propio de las costas del Atlántico norteamericano, y cuya apariencia recuerda a un dibujo animado por sus rasgos divertidos y casi infantiles. Pero no nos engañemos: estamos ante una criatura que no sólo es llamativa por su forma, también por sus habilidades.

Cloroplastos

Como explica la Enciclopedia Británica: «la capacidad fotosintética de la E lysia chlorotica parece provenir de la incorporación temporal de cloroplastos (estructuras fotosintéticas dentro de las plantas) de la Vaucheria litorea , un alga de color verde amarillento que consume». Es decir, la babosa americana roba los cloroplastos del alga . Un proceso que es llamado cleptoplastia .

«Los cloroplastos y otros plástidos (pequeños cuerpos involucrados en la síntesis y almacenamiento de alimentos) pueden continuar fotosintetizando nutrientes para los animales durante varios meses », añade la Enciclopedia Británica.

«Sin embargo, se desconoce en qué medida la E. chlorotica depende de la capacidad fotosintética de los cloroplastos que introduce en su cuerpo para obtener energía, ya que l os individuos pueden sobrevivir largos períodos de oscuridad (posiblemente mediante la digestión de sus plástidos almacenados)», resalta la misma fuente.

Simbiosis

Igualmente interesante es el caso de la salamandra moteada ( Ambystoma maculatum ). Este anfibio norteamericano mantiene una asombrosa relación simbiótica con el alga verde Oophila amblystomatis. Simbiosis que tiene lugar durante el desarrollo embrionario , cuando las algas viven dentro de los huevos de la salamandra.

Lo más impactante es que las algas no se limitan a permanecer en el entorno del embrión. Como explica este estudio publicado en Springer Nature : «nuestro trabajo reciente ha demostrado que las algas invaden tanto las células como los tejidos embrionarios de la salamandra durante el desarrollo. La invasión inesperada de células de algas en un hospedador de salamandra cambia nuestra comprensión de esta simbiosis».

Ambos socios se benefician de esta relación tan íntima: el embrión produce nitrógeno , que es un nutriente esencial para las algas. Las mismas, a su vez, liberan oxígeno  cuando realizan la fotosíntesis. Un oxígeno que el embrión necesita para respirar.

Corales

Otro caso fascinante es el de los corales , animales marinos invertebrados que viven en colonias y que tienen la capacidad de crear grandes estructuras calcáreas, dando lugar a los arrecifes de coral . Como en el ejemplo anterior, hablamos de una simbiosis con algas, en realidad con microalgas, llamadas zooxantelas , las cuales habitan en sus tejidos.

Cuando realizan la fotosíntesis, las zooxantelas convierten la energía solar en compuestos orgánicos, como carbohidratos y aminoácidos, que para los corales son una importante fuente de alimento, hasta el punto de que las microalgas pueden proporcionar el 90% de las necesidades nutricionales del coral.

Los corales lo agradecen dando a las algas protección contra los depredadores y los cambios bruscos de temperatura, así como acceso a la luz solar. Esta asociación mutualista es tan estrecha que cuando el coral expulsa sus algas, debido a un proceso de blanqueamiento —generado por varios factores, entre los que tiene un gran peso el aumento de la temperatura oceánica derivado del cambio climático— puede acabar muriendo.

coral asociado a zooxantelas que hacen la fotosíntesis

Zooxantelas

Al margen de los corales, otros animales marinos como, por ejemplo, esponjas, anémonas, medusas y algunos bivalvos también albergan zooxantelas en sus tejidos. Aunque no dependen exclusivamente de la fotosíntesis, esta simbiosis les permite sobrevivir en ambientes en los que no resulta sencillo encontrar el alimento.

Dichas especies tienen en común que han evolucionado de un modo que les permite maximizar la exposición a la luz solar, y en algunos casos, su forma y comportamiento están adaptados para favorecer la actividad fotosintética de sus algas simbióticas.

Naturaleza

En definitiva, los ejemplos señalados demuestran que la naturaleza no siempre se ajusta a categorías rígidas e inamovibles . La capacidad de aprovechar la luz solar no es exclusiva de las plantas, y algunos animales han encontrado formas ingeniosas de sacar partido.

Por otro lado, estas adaptaciones podrían tener en un futuro próximo aplicaciones en campos como la biotecnología, la medicina y las energías renovables , inspirando nuevas formas de aprovechar la luz como fuente de vida, alimento y energía.