El Mundo Talleres no es para cualquiera. Lautaro Nahuel Bustos (27 años) lo sabe y también la gente. Tiene un puente. Es uno de esos jugadores que puede ponerse al hombro al planeta albiazul y a sus miserias para salir adelante.
Los goles que le convirtió a Belgrano (en el Kempes –dos en 2018 en el clásico con ambas hinchadas– o en Alberdi –en 2023– o en 2024 ante Instituto) lo llevaron ahí. Cuando definió de “9” en un simple pase a la red, picándola o colgándola de un ángulo. En Liga, Copa de la Liga y Argentina. Siempre que convertía, casi siempre eran golazos.
También fue demonio al errar goles imposibles, al ser previsible y estar preso de esa mezcla de ansiedad y egoísmo que lo obnubiló como para no entregar al compañero mejor ubicado. Estaba en ese lugar, como el propio Talleres, p