Mujeres que vieron a México (II)

El segundo perfil que me sugirió la arenga del 15 de septiembre es el de Rosa E. King, una indo-inglesa que se estableció en Cuernavaca en 1907 al enviudar y nos dejó una extraordinaria memoria de aquellos tiempos de revolución en Tempestad sobre México, un libro testimonial que llena huecos que la historiografía dejó abiertos.

Como en el caso de Fanny Calderón de la Barca y de Edith O’Shaughnessy, la mirada de Rosa resulta fascinante porque no es la del viajero que pasa y anota impresiones pintorescas, ni la del diplomático que informa con frialdad, sino la de quien vio arder su casa, escuchó los disparos desde su ventana y convivió con hombres que en el imaginario popular eran bandidos, pero que para ella fueron vecinos, huéspedes y amigos.

En sus pági

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