No hace falta ver la raíz para que un árbol se mantenga en pie. Ni conocer los nombres de todas las especies para entender que, sin ellas, el mundo se tambalea. En Canarias , la biodiversidad no es solo un conjunto de plantas raras y animales peculiares. Es una red viva, ancestral, invisible, tejida a lo largo de millones de años, donde cada pieza aunque parezca insignificante cumple una función vital.

Eduardo Martín, biólogo y defensor incansable del patrimonio natural canario, lo explica con claridad: “La biodiversidad no es un catálogo de especies. Es una red donde cada organismo está conectado con otros , pero también con el clima, el agua o el viento. Es un engranaje completo”.

No es más, es mejor conectado

La idea de que cuantas más especies haya, mejor, es una visión incom

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