Ser joven hoy es buscar, aprender y, sobre todo, exigir ser escuchado. En todos los ámbitos de nuestra vida personal, amoroso, profesional y al explorar el mundo queremos más que sobrevivir: queremos vivir con propósito, romper patrones y dejar nuestra huella. Pero la política nos recuerda que, a pesar de nuestra energía y nuestras ideas, seguimos siendo ignorados.
Actuamos así también porque los adultos que nos rodean muchas veces ya no inspiran. No nos enseñan con el ejemplo, no nos motivan a arriesgarnos ni a creer que podemos cambiar las cosas.
Por eso buscamos nuestros propios caminos, a veces experimentando, equivocándonos y aprendiendo por nuestra cuenta. Queremos ser protagonistas, no espectadores, porque sabemos que nadie vendrá a darnos el impulso que necesitamos si no lo tomam