La violenta muerte de Miguel Uribe Turbay en Colombia y la de Charlie Kirk en Estados Unidos, ocurridas a miles de kilómetros de distancia, parecen más que una coincidencia. Para este ciudadano que escribe, son capítulos de una misma dramaturgia política: una época que ha hecho de la violencia —material y simbólica— su principal recurso de legitimación.

Ambos jóvenes, símbolos de la derecha contemporánea, defendieron la proliferación de armas, celebraron discursos de fuerza y fueron incondicionales de alianzas diplomáticas polémicas. Que terminaran abatidos por proyectiles, la materialización de lo que defendían como principio, es una ironía histórica difícil de ignorar .

El linaje de Uribe y las sospechas abiertas

Miguel Uribe cargaba con un apellido de peso: nieto de una dinastí

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