El presidente Donald Trump describe con frecuencia el auge de la industria automotriz estadounidense, impulsada por nuevas fábricas de Canadá, México y Europa que, según él, pronto producirán vehículos fabricados en Estados Unidos para los mercados globales, desde Tokio hasta París.
“Tenemos muchísimas sedes de fabricantes de automóviles en construcción o en diseño ahora mismo. Y vienen de China. Vienen de México”, declaró Trump en un evento en la Casa Blanca a principios de este mes. Unos días después, lamentó la pérdida de producción automotriz estadounidense a lo largo de los años y proclamó: “Las fábricas de automóviles están regresando”.
Pero hay poca evidencia de un auge en la construcción de nuevas fábricas de automóviles en Estados Unidos. En cambio, las compañías automotrices es