Por Nicolás Kreplak

Hay que hablar de salud mental. No hay que esconderla ni dejarla relegada en un rincón incómodo de la política sanitaria, porque ahí solo se la estigmatiza y se la opina sin involucrarse en el tema. Sus soluciones no son ni cambiar la normativa, ni objetar la actualidad. Tenemos que adaptarnos al contexto y poder actuar en consecuencia. Hay más demanda, en todo nivel y en todas las aristas que constituyen la prevención, atención y cuidado de la salud mental y los consumos problemáticos.

Cuando la sociedad silencia o posterga los temas, lo que se reproduce es la lógica del abandono y del encierro, la misma que durante siglos sostuvo el modelo manicomial. Hablar de salud mental significa asumir que es parte esencial de la salud integral de nuestro pueblo y que, para tra

See Full Page