Imagina saltar de un avión y no sentir nada. Ni adrenalina ni latidos cardíacos acelerados.
Esa es la realidad de Jordy Cernik, un británico al que le extirparon las glándulas suprarrenales para reducir la ansiedad causada por el síndrome de Cushing, una enfermedad rara que se produce cuando las glándulas suprarrenales producen demasiado cortisol, la hormona del estrés.
El tratamiento funcionó demasiado bien. Jordy dejó de sentir ansiedad, pero algo estaba mal.
En un viaje a Disneylandia en 2012, se subió a una montaña rusa y se dio cuenta de que no sentía miedo. Así que siguió.
Saltó en paracaídas desde un avión, se lanzó en tirolesa desde el puente Tyne en Newcastle, Inglaterra, y descendió en rapel por el edificio Shard en Londres, todo ello sin sentir la más mínima aceleración del