
La Justicia ha dado la razón al intendente de los Mossos d'Esquadra Toni Rodríguez, que fue cesado como jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal en 2022, y ha obligado al cuerpo de policía catalán a devolverle el cargo.
La sentencia emitida por el juzgado contencioso administrativo 11 de Barcelona, adelantada por la cadena SER y confirmada por este diario, concluye que, pese a ser un cargo directivo, su cese y traslado como jefe de la Comisaría de Rubí no estuvo suficientemente justificado. “Aunque la Administración mantiene que el recurrente reconoció que su reubicación era por factores organizativos, no se puede decir que estos estén mínimamente razonados”, establece el fallo.
El comisario Rodríguez denunció su destitución a finales de 2022 y lo vinculó a sus quejas por intentos de injerencia política, en la etapa en la que ERC estaba al frente de Interior con el conseller Joan Ignasi Elena. Aseguró Rodríguez que su reubicación se debía a que se había negado a aportar información sobre sus pesquisas en casos como el que afectaba al exconseller de Interior, Miquel Buch, por el caso del escolta de Puigdemont, o el de la prevaricación atribuida a la dirigente de Junts Laura Borràs.
Apartado en el mismo proceso de renovación que supuso el cese del major Josep Lluís Trapero –actualmente jefe de la Policía por designación del Govern de Salvador Illa–, Rodríguez señaló al entonces número 2 de los Mossos, Eduard Sallent. En 2024, al nombrar el PSC a Trapero al frente de la policía, Rodríguez regresó a la cúpula con un cargo de confianza. Con todo, la sentencia no ha entrado a valorar sobre las presuntas injerencias políticas.