Lo peor que puede pasarnos es convertirnos en un país de cínicos, dijo un expresidente mexicano que era una autoridad mundial en el tema. A juzgar por lo que hemos visto en los últimos días, con los casos del huachicol fiscal y La Barredora de Tabasco, es una profecía cumplida.

El cinismo es un mal que ataca, con diferentes grados de virulencia, a la clase política en su conjunto, pero hay casos como el Adán Augusto cuyo descaro abochorna a todos. Me cuesta trabajo comprender por qué morenistas no van por él al Senado y lo llevan a ministerio público. Adán dice que está tranquilo porque millones integrantes del movimiento lo apoyan. Ni la burla perdona. Si millones de integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional lo apoyan, quiere decir que no han podido regenerar nada. Adán es un p

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