«Con independencia de lo moderado de su salario de unos 2.500 euros mensuales, no consta dato ni indicio ninguno de que mi patrocinada ... haya desatendido sus funciones por haberse dedicado a tareas privadas de doña Begoña Gómez. Al contrario, ha cumplido con sus obligaciones de manera exquisita, con una dedicación intensa, prácticamente sin horario, y muy por encima de lo que cabría esperar por su escueto salario. No existe ningún indicio de incumplimiento de ninguna de sus funciones».
Esa es la literalidad del párrafo final del recurso presentado este martes por Cristina Álvarez (la asistente de Moncloa acusada por el juez Juan Carlos Peinado de trabajar para la cátedra de Begoña Gómez a pesar de cobrar un sueldo público de Presidencia) contra la decisión del instructor de iniciar l