La accidentalidad de motoristas que salen a hacer curvas durante los fines de semana en carreteras secundarias es una constante que no consigue reducirse con el paso de los años. La mitad de las víctimas mortales corresponden a salidas de vía en solitario y una parte importante de ellas se atribuye a maniobras para evitar choques frontales al invadir el carril contrario cuando se traza una curva peligrosa.
El Servei Català de Trànsit ha salido al extranjero a buscar soluciones que estén funcionando y ha encontrado en Austria una fórmula que va a importar. Consiste en algo tan simple como pintar unas líneas transversales o unos pequeños círculos junto a la línea que delimita ambos sentidos en el centro de la calzada para inducir a los motoristas que tracen la curva alejándose del eje centr