En una revelación cruda durante su aparición en On Purpose , el podcast de Jay Shetty, la artista desnudó el dolor que guardaba desde 2016. Un año donde los reflectores no iluminaron escenarios, sino tribunales.

"Hubo momentos en que quise cortarme los brazos" , confesó con una franqueza que estremece. La batalla legal por la custodia de su hijo Rocco Ritchie —fruto de su matrimonio con el director Guy Ritchie —la llevó al límite. No fue una disputa más: fue una guerra que cruzó el Atlántico, desde Londres hasta Nueva York, con papeles judiciales en lugar de discos de platino.

Los detalles duelen:

Rocco, entonces de 15 años , decidió quedarse con su padre en Reino Unido tras una visita temporal.

Madonna insistió en que volviera a EU, pero el adolescente se negó.

Ocho mes

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