Mientras que antaño ocurría de forma excepcional, en los últimos años los aragoneses -y los españoles- asisten a un carrusel de tormentas y fenómenos meteorológicos extremos que dejan imágenes de pueblos y ciudades completamente anegadas por el barro. El motivo no es otro que la lluvia, es decir, si llueve lo suficiente en un corto espacio de tiempo como para que el suelo no pueda absorber ese exceso de agua, cualquier calle es susceptible de convertirse en un río durante unas horas. Pero hay ciertas zonas más proclives que otras y en Zaragoza están localizadas.

Con respecto a los municipios del área metropolitana, como son Cuarte de Huerva, Cadrete y María de Huerva, la explicación está en su apellido: el río Huerva. Estos municipios están todos situados en lo hondo del valle e

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