El Gobierno de Estados Unidos se enfrenta a un nuevo cierre administrativo tras la incapacidad del Congreso para aprobar la financiación federal necesaria. Este shutdown , como se conoce en la terminología política estadounidense, supone la primera parálisis gubernamental en el país norteamericano desde hace siete años y tiene graves consecuencias para millones de trabajadores federales y ciudadanos que dependen de los servicios públicos.

La situación se ha desencadenado cuando los legisladores no lograron alcanzar un acuerdo para aprobar el presupuesto federal o una extensión temporal del mismo antes de que se agotaran los fondos disponibles. En el centro del desacuerdo se encuentra la financiación sanitaria: mientras los demócratas exigían mantener las ayudas para las personas sin

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