En la Ciudad de México solemos vivir a golpe de coyuntura. Hoy hablamos de los socavones que se tragan autos en Iztapalapa, mañana de las lluvias que inundan avenidas, pasado de las explosiones o de los baches eternos de Iztacalco. Cada crisis impone agenda y arrastra a los titulares. Sin embargo, en ese ir y venir de emergencias, corremos el riesgo de dejar de lado lo que en verdad puede modificar la vida cotidiana de miles de familias: los programas sociales que no hacen ruido, pero sostienen.

Uno de ellos es Mercomuna, la apuesta del gobierno de Clara Brugada para articular mercado, comunidad, alimentación y abasto. El planteamiento es sencillo: entregar vales a jefas y jefes de familia -hasta 2 mil pesos por hogar- que solo pueden canjearse en mercados y comercios locales. Lo que en a

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