Acostumbrado a jugar con la ayuda de un ambiente ensordecedor, siempre intimidante San Mamés, el Athletic recibió su propia medicina ante el Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park, uno de los feudos con más decibelios de Europa. Los 4.000 atletichzales desplazados fueron engullidos por un escenario temible y cuatro goles que sellaron la segunda derrota en la Champions (4-1).
El equipo de Valverde, con rotaciones y sin el lesionado Nico Williams, quiso igualar la intensidad rival, pero fue arrasado por una marea amarilla en la primera parte. Llegaban en tromba al área los de Kovac, amansados unos leones que no chutaron a puerta en los 45 minutos iniciales.
Apenas podían maullar los bilbaínos ante la revolucionada maquinaria del Borussia, que tras muchas tentativas, con más sensació