El espectáculo de la flotilla que navega de crucero marítimo por el Mediterráneo, alineada con Hamás y liderada por Ada Colau, se ha convertido en una lamentable operación al servicio del interés político del sanchismo, con el inaudito apoyo de un navío de la Armada para escoltarles. Su proximidad a la zona de exclusión establecida por Israel por la situación de guerra la expone a riesgos imprevisibles que confiemos no se materialicen en ninguna desgracia, pero en todo caso es inadmisible que se destine una unidad militar a esa finalidad. Violando la Ley Orgánica de Defensa Nacional, que no prevé un supuesto como este, y mediante un «ordeno y mando» autocrático. Y que debería ocasionar las oportunas responsabilidades políticas y judiciales. Jugar en estos momentos con cuestiones como esta
El actual Tripartito de Sánchez, Otegi y Puigdemont
