La temporada de lluvias en el Estado de México ha dejado un saldo devastador en diversas regiones del territorio. De acuerdo con reportes de Protección Civil y ayuntamientos locales, al menos 18 mil familias mexiquenses han sufrido daños en sus viviendas y pertenencias durante septiembre, un mes que superó en más del 70 % el promedio histórico de precipitaciones. La gobernadora Delfina Gómez reconoció que se trata de lluvias “atípicas” que han desbordado la capacidad de respuesta de los municipios y que han dejado comunidades enteras bajo el agua. “La gente lo ha perdido todo: camas, muebles, documentos, lo más básico”, admitió durante un recorrido en Nezahualcóyotl, uno de los epicentros del desastre.

El Valle de Toluca, un foco rojo

Aunque los reflectores nacionales se han concentrado

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