«Desánimo y desgana» es lo que detectan las organizaciones agrarias en el campo por la falta de lluvias debido a una campaña de producciones altas, pero bajos precios. «Al agricultor este año le da igual dejar barbecho», apunta Carlos Sánchez, máximo representante de UPA Salamanca, como consecuencia y añade la preocupación que existe, con costes y precios como los actuales, por «tener que ir a producciones de 3.000-3.500 kilos por hectárea para librar gastos». Algo, apunta, que en bastantes zonas de esta provincia es imposible en secano. Preocupa la colza y, también como matiza José Manuel Cortés, coordinador de COAG_Salamanca, el agricultor irá este año a reducir abono, con siembra de girasol y apuesta por cultivos mejorantes para evitar gastos. «Hay mucha incertidumbre», apunta. Aún así,

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