El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy ha alertado de los riesgos de planteamientos como lo que Vox ha introducido en el debate político y a cuya estela ha quedado atrapado Feijóo en multitud de ocasiones. El expresidente del Gobierno ha asegurado que “el populismo siempre pesca en río revuelto y ha pescado en el tema de la inmigración”. Sin citar a Vox directamente, Rajoy ha asegurado que este tipo de debates “le vienen bien a populistas de uno y otro signo para dividir”. Su solución se resume en controlar las fronteras y prestar ayuda en los paises de origen de los flujos migratorios.

Es la séptima vez consecutiva que Rajoy visita a Illa de A Toxa para participar en un foro de debate conservador que cada octubre se celebra en las instalaciones del grupo hotelero que organiza el evento. Acompañado en su intervención por el expresidente mexicano Ernesto Zedillo y con el rey Felipe VI sentado en la primera fila, Rajoy se ha definido como “partidario del bipartidismo” y ha recetado como solución “gobernar mejor para quitarle armas a los populistas”. “Al extremismo no se le puede plantear una opción extremista, al demagogo no se le puede hacer frente con demagogia. No se puede debatir en el barro”, ha concluído.

El argumento del expresidente del Partido Popular concluye que cualquiera puede tomar el camino corto del populismo, algo contra lo que, en su opinión, las democracias liberales “deben dar la batalla”. Según Rajoy casi cualquiera puede ser populista: “Puede ser populista un millonario de Nueva York, un comunista español, alguien de extrema derecha, de extrema nada o de extrema estupidez”.

La única alternativa que el expresidente del Gobienro ve viable es el actual sistema de partidos políticos. Sin formaciones políticas, concluyó, solo existe la opción de la autocracia. Como ejemplo de su propia vivencia, Rajoy dio a entender que durante sus mandatos tuvo que dar muchas explicaciones, también dentro del PP: “Yo tenía que dar muchas explicaciones y créame que no era lo más divertido. La democracia supone estar sometido a controles, también al control de tu propio partido”.

Otra vez, el tapón y la botella

En su habitual tono jocoso, Rajoy arrancó su intervención bromeando sobre su propia importancia: “este foro está porestigiado y no precisamente por mi presencia”, espetó a las primeras de cambio. No hubo que esperar mucho para que al exdirigente del PP le entrase la sed y volviese a aludir a su crítica del año pasado por las botellas de plástico con tapones adheridos, como ejemplo de excesiva regulación. En esta edición, los recipientes erán de cristal y sellado con chapas de metal. Ante el cambio, y para risas de la concurrencia, Rajoy sentenció: “Yo hago un elogio de las chapas y de lo otro me olvido”.