Al año, se pierden unos 12,000 millones de días de trabajo, a nivel global, debido a la depresión y ansiedad, según un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del 2024. Solo en Perú, la OMS estimó hace una década que el deterioro de la productividad, a raíz de la baja salud emocional, le costaba entre 2% y 3% del PBI . Tras la pandemia, las prioridades en una organización cambiaron, ¿cómo?

Juan Carlos García, presidente de la Asociación de Buenos Empleadores (ABE), reconoció a Gestión que durante el Covid-19 se afianzó la necesidad de transformar las prácticas de salud y seguridad en el trabajo. Cinco años después, “es responsabilidad de toda organización seria brindar soporte emocional a los colaboradores para que puedan m

See Full Page