Todavía no se cumplió un mes desde las trágicas elecciones de Provincia de Buenos Aires que fueron el primer indicio de que el sueño de La Libertad Avanza se había convertido en pesadilla. Lo que hasta horas antes era un carnestolenda triunfalista y de autosuficiencia se tornó ese domingo a la noche en el comienzo de un mal sueño, o tal vez de un peor despertar.
El tremendo traspié fue el desencadenante de una serie de hechos y circunstancias que se venían incubando y acumulando, pero obró como un preaviso de que había comenzado un cambio de época o de suerte y que se producirían varios desenlaces encadenados que tenían que ver con errores previos de conducción, gestión y armados políticos e inexperiencia al menos en la campaña.
Como ocurre en todas las tragedias, se fueron sumando de