No paran los tropiezos del Vive Claro Distrito Cultural. Desde su proceso de construcción ha sido blanco de toda clase de ataques, demandas, inspecciones, auditorías e intensas pujas con la comunidad de los barrios aledaños y con los concejales ambientalistas.

Sin embargo, el punto más álgido de la tormenta por la que atraviesa el escenario cultural se presentó el pasado fin de semana cuando, minutos antes de comenzar el concierto del rapero norteamericano Kendrick Lamar, la Secretaría de Gobierno de Bogotá y el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) emitieron un comunicado en el que confirmaban que el espectáculo no se realizaría porque el escenario no contaba con los permisos para ese evento.

Ese momento es clave en esta historia porque abrió un abismo a

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