Con el paso del tiempo, las relaciones amorosas atraviesan transformaciones inevitables. Lo que al inicio suele estar marcado por la pasión, la novedad y la idealización mutua, evoluciona hacia formas más profundas de conexión, donde la rutina, los compromisos y la convivencia cotidiana toman protagonismo . No todas las parejas logran adaptarse con éxito a estos cambios. A medida que se consolidan, los vínculos amorosos requieren de un esfuerzo consciente para mantenerse vivos. Es en este proceso donde muchas relaciones comienzan a mostrar señales sutiles de desgaste que, si se ignoran, pueden desembocar en un distanciamiento emocional difícil de revertir.
Cada pareja vive su propio ritmo, pero la mayoría de las relaciones atraviesan fases similares. Tras el entusiasmo inicial, llega la