Las decisiones y anuncios desde el exterior desencadenan bruscas oscilaciones en los mercados, reflejando la vulnerabilidad estructural frente a la escasez de divisas y la dependencia del financiamiento internacional

Hasta hace unas semanas, el clima económico era desolador. La volatilidad, una presencia recurrente, volvió a manifestarse con intensidad y las principales variables macroeconómicas lo evidenciaron. El tipo de cambio oficial, indicador central de las expectativas, alcanzó niveles récord al superar la banda de $1.500 por dólar, mostrando la búsqueda incesante de activos de refugio.

Esta demanda generó una presión directa sobre la moneda, y el Banco Central intervino de manera masiva. Las ventas de divisas superaron los USD 1.000 millones en apenas dos días, reflejando el es

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