**Crisis económica y elecciones: el dilema de Milei**
A medida que se acercan las elecciones del 26 de octubre, el gobierno de Javier Milei enfrenta tensiones económicas que revelan una gestión errática. A pesar de los anuncios de crecimiento del PBI, la realidad muestra un estancamiento en la actividad económica. Desde mayo de 2024, la actividad había repuntado, pero se frenó hacia marzo-abril, y se prevé que gran parte de 2025 esté marcada por un retroceso.
El gobierno destaca un crecimiento interanual del 2%, aunque el Índice Compuesto de Actividad Económica de Argentina (ICA-ARG) muestra una variación mensual de solo 0,01% en agosto, tras tres meses de caídas. Este índice indica que el nivel de actividad en agosto fue un 0,2% inferior al de diciembre de 2024. Además, se observan deterioros en el empleo, ventas minoristas y recaudación nacional, que han caído durante seis meses consecutivos. Los únicos datos positivos provienen de la producción agrícola, importaciones y patentamiento de vehículos.
El viaje a Washington del ministro Luis Caputo para negociar apoyo financiero del Tesoro estadounidense es parte de una estrategia defensiva. El gobierno celebró la apertura del cepo cambiario el 14 de abril, pero posteriormente violó los términos del acuerdo con el FMI, que enfatizaba la necesidad de acumular reservas internacionales. En lugar de permitir que el mercado estableciera el precio del dólar, Milei fijó un piso de 1.000 pesos, lo que limitó la compra de divisas en un momento de alta oferta por parte de agroexportadores.
Ricardo Arriazu, un consultor cercano al gobierno, criticó esta decisión, sugiriendo que se debió haber comprado más divisas a un precio de $1.150. La política monetaria, según Milei, tarda entre 12 y 18 meses en mostrar efectos, lo que complica aún más la situación. En un intento por aumentar la liquidez, el gobierno renunció a USD 1.500 millones en recaudación para facilitar la liquidación agroexportadora, obteniendo menos de USD 3.000 millones a cambio.
La salida del cepo para “personas humanas” ha demostrado ser insostenible, ya que entre abril y agosto, los argentinos compraron más de USD 12.500 millones. En septiembre, el ritmo de compras aumentó, lo que llevó al gobierno a cerrar algunas brechas cambiarias. Ahora, tanto Estados Unidos como el FMI exigen que el gobierno aumente sus reservas internacionales, lo que podría resultar en un dólar más caro.
En el ámbito político, Milei necesita acercarse a los sectores que lo apoyaron en el Congreso para ampliar su base de sustentación y mitigar el “riesgo kuka” antes de las elecciones. Sin una victoria en octubre, sus planes económicos podrían verse comprometidos, lo que añade presión a su administración en un contexto de creciente incertidumbre económica.