Atascos, control horario y estrés frente a naturaleza, animales y paz mental. Cada vez son más los canarios que deciden cambiar la oficina en la ciudad por una parcelita en el campo buscando una mayor calidad de vida. Estudiaron carreras universitarias que nada tienen que ver con el sector primario y comenzaron su vida profesional lejos del campo, pero han acabado dejando aparcados sus estudios e invirtiendo en proyectos agrarios y ganaderos . El cambio, en muchos casos, no ha mejorado sus economías, pero sí les ha hecho sentirse más felices y realizados.

Pilar Carballo sabe bien lo que significa vivir con el estrés a flor de piel. Durante 18 años trabajó en el 112 de Canarias , los últimos ocho como secretaria de dirección, hasta que un día su cuerpo y su mente dijeron basta y colg

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