Hay vida en la Tierra desde hace miles de millones de años . Hoy el planeta es un pulular de vivientes, como afirma tan gráficamente el Génesis. Y habrá vida cuando nos extingamos. Proteica, primero; exuberante, después; resiliente al ser humano y sus desmanes, siempre. Y, sin embargo, la mayoría de nosotros pasamos por el mundo engolfados en afanes triviales y disputas absurdas, sin ser conscientes de cuán compleja, diversa y adaptable es esa forma de autoorganización excepcional que llamamos vida. Nuevos seres aparecen constantemente y otros tantos desaparecen. Nosotros mismos damos vida (sembramos, criamos animales, tenemos hijos), pero también la quitamos, con frecuencia de modo gratuito o absurdo (guerreamos, cometemos imprudencias, cubrimos el mundo de asfalto y cemento). Y aunque e

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