Viernes por la noche. Pasadas las 22. En las pantallas de todos los canales de noticias, una imagen fija se repetía: las puertas de la quinta presidencial de Olivos. Adentro, en la penumbra del poder, el presidente Javier Milei mantenía una reunión sorpresiva con el cuestionado José Luis Espert. La escena desató una catarata de especulaciones. Se hablaba de una “definición inminente”, y todo apuntaba a lo mismo: que el economista se bajaría de su candidatura en la estratégica provincia de Buenos Aires.
Pero a las 22:14, un tuit dinamitó el suspenso: “No me bajo nada”, escribió -lapidario- Espert en X. Fue una respuesta directa al periodista Eduardo Feinmann, quien minutos antes había deslizado en la misma red social que el diputado abandonaría su postulación.
Para cerrar filas y despejar