
El éxodo masivo de los inversores de Estados Unidos , considerado el corazón financiero del mundo, ya se está materializando. Y este cambio de paradigma se está observando en las entrañas de los bancos centrales en cada rincón del mundo, desde Europa, hasta China o el sudeste asiático.
La clave se muestra en cómo han evolucionado las reservas de los bancos centrales desde la vuelta de Donald Trump al frente de la Casa Blanca : el oro ya equivale al 21,5% de las reservas globales de las 214 entidades monetarias que existen en el mundo, según las últimas cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto es significativo, porque el metal dorado está a escasos puntos de empatar con lo que se ha considerado hasta ahora el activo refugio estrella del mundo: los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Ahora, tras vivir meses de un asalto comercial internacional por parte de Washington , el sistema financiero mundial ha disparado su proceso de desdolarización . El bono estadounidense cuenta ahora por sólo el 22,6% del total de las reservas monetarias a escala mundial, cuando formaba el 25% en 2023.
La pérdida de confianza en la política exterior de Wall Street , en conjunto con temores acerca de su solidez fiscal tras el cierre del Gobierno de EEUU ( shutdown , en la jerga anglosajona) han rezagado con más fuerza los activos de EEUU.
Los bancos centrales compraron 15 billones de dólares en reservas de oro al cierre del verano, según el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés). Los países denominados como mercados emergentes, destacan entre aquellos que se han respaldado con más fuerza. Entre ellos, el Banco Central de Kazajistán compró oro por valor de 8 billones de dólares, llevando su total hasta 316 billones de dólares.
El Banco Popular de China también destaca porque reanudó, por décimo mes consecutivo, a amasar este metal precioso en sus reservas con una compra equivalente a 2 billones de dólares. Entre otros bancos también figuran países como Rusia, Indonesia, Turquía o Uzbekistán, naciones más expuestas a choques geopolíticos.
El oro ha marcado los 3.800 dólares por onza (3.237 euros), un rally que no ha dado señales de parar. Esto ha llevado los analistas de Bank of America a volver a revisar al alza sus previsiones para el metal precioso: hasta los 4.000 dólares por onza (3.405 euros). Esta senda alcista es consecuencia de estas compras multimillonarias por parte de los órganos monetarios, además del apetito furioso por parte de tanto los inversores institucionales como los minoristas ( retail).
En términos sencillos, han escogido al oro como el activo refugio para hacer frente a los choques geopolíticos, mientras se desprenden de posiciones en deuda estadounidense.