Los escritores que comenzaron a viajar España y convirtieron esos viajes no solo en fuente de inspiración para su obra, sino como elemento de reflexión más profunda, vital y filosófica, fueron los autores de la llamada Generación del 98 encabezados por Miguel de Unamuno, que fue en gran manera también mentor y cabeza de la misma.

La producción del escritor bilbaíno abarca la totalidad de los géneros -ensayo, novela, poesía, teatro y periodismo- y, como él, algo similar hicieron muchos de sus contemporáneos. Pero la faceta viajera es algo que asoma tanto en él como en otros, especialmente Azorín, como un elemento que va más allá de la curiosidad por conocer lugares. Buscan en esos viajes algo más. Suponen una cierta prospección sobre el terreno de la esencia, el alma de la nación, a trav

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