Justo antes de que la Corte Suprema emitiera su última serie de opiniones al final de su último período, en junio, el presidente de la Corte, John Roberts, subió al escenario en Washington y elogió las virtudes de tomarse las cosas con calma.

Les dijo a los presentes que las vacaciones del verano boreal de la Corte Suprema no eran solo un descanso para los jueces; también les daba tiempo para calmarse de los enfrentamientos que surgieron en las últimas semanas del período, de modo que pudieran regresar en otoño listos para enfrentar nuevas controversias, sin el equipaje del pasado.

“Ese descanso”, dijo el presidente de la Corte en ese momento, “es fundamental para mantener un equilibrio nivelado”.

Los nueve jueces retomarán sus asientos detrás de su banco de caoba el lunes para comenzar

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