El Real Betis consiguió llevarse los tres puntos a domicilio en un ejercicio de madurez en el que supo controlar el asedio del Espanyol durante un tiempo para aprovechar las ocasiones al contragolpe y darle la vuelta al marcador. La victoria fue posible gracias a Pau López, que atajó un penalti en la última escena del choque.
El público del RCDE Stadium vio un inicio de partido trepidante, marcado por el abrumador dominio de un RCD Espanyol que saltó al césped con una intensidad innegociable. El plan de Manolo González surtió efecto de inmediato, sometiendo a un Real Betis incapaz de crear juego ante la valiente y asfixiante presión local. Fruto de esta superioridad manifiesta, llegó la joya de la tarde en el minuto 16. Tras un saque de esquina, un rechace fue servido de cabeza por Riedel