Las majestuosas escaleras y columnas de piedra tallada de Persépolis, la capital ceremonial del antiguo Imperio Persa, han resistido siglos. No obstante, este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad se enfrenta ahora a una nueva y grave amenaza geológica: el hundimiento acelerado del terreno circundante.

Y es que aunque la terraza de Persépolis está construida sobre roca sólida, lo que le otorga una estabilidad relativa, las llanuras que la rodean, formadas por sedimentos, se están hundiendo a una velocidad de varios cientos de milímetros cada año.

El riesgo no es solo teórico. “Existen fisuras en las inmediaciones de Persépolis y Naqsh-e Rostam que podemos atribuir a gradientes de subsidencia”, afirmó el doctor Mahmud Haghshenas Haghighi del Instituto de Fotogrametría y Geoinformació

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