¿Cuántas veces hemos asumido que hay cosas que es mejor dejar de hacer a partir de cierta edad? En numerosas ocasiones, hemos entendido como única posibilidad que a partir de los 70 lo que uno busca es descansar y no hacer nada más. Igual por desgaste físico, salud o por falta de ganas. Pero siempre hay una historia que nos recuerda que existen muchas realidades y que nuestros mayores solo necesitan a alguien que les acompañe.
Fiona Lauriol recibió la noticia de que a su abuela Dominique le quedaban siete días de vida, según los médicos, y no dudó en planear un final como se merecía. La francesa de 40 años decidió que su referente vital no podía morir en la residencia de París donde había pasado sus últimos años. Así que, junto a sus padres, se fueron a enseñarle a Dominique el s