Cuando China levantó el telón de su desfile militar escenificó mucho más que el poder armamentístico que dispone . Fue un mensaje claro y directo que tuvo su reacción a los pocos días, cuando Estados Unidos movió ficha mandando su nueva plataforma de misiles a Japón . Luego se descubrió que, si de misiles se trata, hay 3.500 apuntando en la misma dirección. Desde entonces, Estados Unidos ha iniciado una carrera desesperada: la de duplicar su propia fabricación de misiles por lo que pueda pasar.
El despertar estratégico. Lo contaba en una exclusiva el Wall Street Journal . El Pentágono ha encendido todas las alarmas ante la evidencia de que sus arsenales de misiles no alcanzarían para sostener un conflicto prolongado con China. La invasión rusa de Ucrania y el consumo masivo