La artista ha estrenado este fin de semana ‘The Official Release Party of a Showgirl’, un evento para que los ‘swifties’ disfruten juntos del disco y vean en pantalla grande su videoclip ‘The Fate of Ophelia’
Crítica - Taylor Swift juega con su corona en ‘The Life of a Showgirl’ y hace de su reino la máxima autoridad del entretenimiento
Nadie ha podido escapar del nuevo disco de Taylor Swift este fin de semana. Seas o no seas fan de la artista, hay una muy alta probabilidad de que te hayas topado con The Life of a Showgirl estos días: en tu periódico de referencia, en los telediarios, en las radios o incluso en el estadio del Real Madrid —la cantante, que menciona al club blanco en su tema Wish List, ha sido la banda sonora del descanso del último partido en el Bernabéu—. “Así es el mundo del espectáculo”, se ha regodeado ella durante la promoción. El telón de la función lo ha abierto con tanta intensidad que, para maravilla de sus más aférrimos y para desgracia de sus detractores, Swift también se ha propuesto, con éxito, dominar las salas de cine de todo el planeta.
Sirviendo como una “experiencia cinematográfica” que permitiría a los swifties celebrar en comunidad el álbum en su fin de semana de lanzamiento, la cantante revolucionó las carteleras de los cines con el anuncio sorpresa de The Official Release Party of a Showgirl a tan solo dos semanas de su estreno. Una propuesta pensada para estar en salas solo ese fin de semana y que ha liderado la taquilla de Estados Unidos de forma holgada con una recaudación estimada de 33 millones de dólares, según la web especializada en la taquilla Box Office Mojo. Supera así a las películas protagonizadas por Dwayne Johnson y Leonardo DiCaprio. En el extranjero, el título ha hecho 13 millones de dólares. En España ha triunfado recaudando 625.000 euros, liderando el viernes y siendo el segundo título más visto del fin de semana a pesar de ser íntegramente en inglés y sin subtítulos.
Las cifras impresionan todavía más puestas en perspectiva: no estamos hablando de una película, un documental o un concierto grabado, sino de un evento para escuchar el nuevo disco de la artista y ver en pantalla grande el videoclip de la canción de apertura, The Fate of Ophelia, que está dirigido y escrito por la propia Swift. Se trata de un evento que, además, ofrece explicaciones de la compositora sobre el significado de cada canción y el proceso de grabación del videoclip. Las entradas, que se pusieron a la venta en España el lunes de la semana pasada, colapsaron las webs de cadenas de cine durante más de un día debido a la alta demanda. Según María Millán, responsable de comunicación de Versión Digital, la distribuidora del título en el país, en 24 horas recaudó cerca de 200.000 euros.
El éxito masivo de esta experiencia se percibe desde el primer momento en el que el espectáculo comienza en el cine. La artista reutiliza el reloj introductorio con el que abrió su gira The Eras Tour para hacer una cuenta atrás de doce segundos —referenciando que este es su duodécimo disco—, provocando así los primeros gritos de una sala que está abarrotada el viernes a las nueve de la noche y cuyas 308 butacas se agotaron a los diez minutos de preventa. Este clamor entusiasta es una de las explicaciones a las que se puede llegar cuando se trata de entender el triunfo de Taylor Swift: la cantante conoce como nadie a sus fans y les otorga todo un universo narrativo que, además de ampliarlo con cada lanzamiento, está en constante transformación.
A raíz de ahí, Swift hace la presentación de su nuevo videoclip, con el que abre el evento. En este, la artista encarna a una corista a lo largo de varias épocas de la historia, acompañada por la banda y los bailarines de su última gira. La estadounidense se representa como pirata, cantante del género burlesque o incluso como el personaje Ofelia de Shakespeare. El videoclip termina con Swift en la bañera de un hotel, referenciando la portada estándar de The Life Of A Showgirl y mostrando el glamur que queda cuando acaba cada uno de sus conciertos. El público, que aplaude cada vez que la compositora cambia de vestuario o vitorea cuando aparece un bailarín al que reconoce, se entrega hasta el punto de que da la sensación de que Swift está actuando en directo. El hecho de que cada escena esté rodada en una sola toma favorece esta sensación.
El videoclip, que abre la fiesta, también se encarga de cerrarla. Sin embargo, antes de llegar a este punto, Taylor Swift repasa una a una las canciones del disco, contando el mensaje detrás de ellas y provocando risas entre el público cuando se divierte explicando Actually Romantic —dedicada a una mujer de la industria musical obsesionada con ella— o con sus escasos 20 segundos de explicación de Wood —una canción repleta de metáforas sexuales—. Sandra Arasanz, de 23 años, es una de las personas que acudió a la sesión del 3 de octubre a las 21:00, cuando se estrenaba simultáneamente en más de 100 países. Ella, que confiesa que no es de ir al cine, tuvo que hacer cola para comprar entradas. “Me parece una auténtica locura, pero con Taylor es el pan de cada día. Si quieres comprar algo de ella, prepárate porque habrá cola sí o sí”, dice a elDiario.es.
Me ha gustado encontrarme con un sentimiento de comunidad. Estás en un sitio rodeado de desconocidos, pero tienes algo en común con todos ellos y formáis parte de algo que Taylor Swift ha creado.
En su caso, ha disfrutado de la experiencia por “Taylor, el ambiente y el hecho de escuchar un disco en una sala de cine con pantalla y altavoces gigantes”. Es una emoción con la que coincide Ana Vidal, que tiene 31 años y lleva escuchando a la artista desde que publicara su álbum debut en 2006. “Me ha gustado encontrarme con un sentimiento de comunidad”, dice la joven, que compara el evento con la experiencia de la gira The Eras Tour. “Estás en un sitio rodeado de desconocidos, pero tienes algo en común con todos ellos y formáis parte de algo que Taylor Swift ha creado”, comenta, destacando la “sensación de volver a estar en casa” que supone “intercambiar pulseras y bailar con niñas que son mucho más pequeñas que tú a la vez que con mujeres que son mucho más mayores que tú y que no conocías de nada hace diez minutos”.
Aunque Vidal afirma que le gustó The Life of a Showgirl desde que lo escuchó en cuanto salió, Pablo Martínez, que fue al cine acompañado de su hermana y su novio, se muestra más escéptico: “Me había gustado el disco, pero no me había encantado”. Sin embargo, su experiencia en la fiesta organizada por Swift lo ayudó a cambiar su opinión. “Me hizo ver las canciones de otra manera y disfrutar del disco mucho más”, relata a este periódico, señalando que lo ayudó a conectar con el hilo del proyecto que se sale de la parte bonita de ser una showgirl y que se adentra en los pensamientos intrusivos de la artista. “Es algo con lo que a veces puedes empatizar y otras veces con lo que no puedes empatizar en absoluto”, apunta, “y de ahí a que sea polarizante, porque entiendo que poca gente puede empatizar con una millonaria, pero ella utiliza ciertas palabras que hacen que la audiencia general conecte”.
La pasión de los fans ha hecho que este evento se haya podido celebrar en España el mismo fin de semana de salida del disco, pues en un principio estaba programado para el 24 de octubre. María Millán desvela que, aunque desde la distribuidora se luchó para que el título estuviese disponible en España el 3 de octubre, fueron los swifties quienes, con su insistencia y presión a través de las redes sociales, consiguieron que finalmente coincidiera con el estreno mundial. Una de ellas es Laura González, de 21 años, que no dejó de seguirle la pista a “los rumores” de la proyección y, tras su confirmación, consiguió entradas en preventa: “Repetiría la experiencia, nunca decepciona”. Millán, además, certifica que más de 200 cines han contado con este lanzamiento y que algunos de ellos han tenido incluso más de diez pases al día, algo difícil de conseguir hasta para las grandes distribuidoras.