La muerte de Aníbal Enrique Rivero y Jhonavy Del Valle Suárez, sucedidas el pasado fin de semana y confirmadas por las autoridades locales, tras la toma colectiva de ‘cococho’, un tipo de alcohol artesanal fabricado sin las mínimas normas de cuidado y salubridad, sucede en el marco de una ola de muertes en ‘La Arenosa’. Autoridades y expertos advierten que el mercado del licor adulterado es una amenaza directa a la vida de los consumidores y una fuente de dinero que fortalece el crimen organizado.

Este licor -vendido en botellas plásticas, usualmente sin etiqueta, a precios mínimos- contiene cantidades elevadas de metanol, una sustancia industrial de alta toxicidad que, según el Ministerio de Salud, puede generar desde daños graves como la ceguera, hasta la muerte. En el más reciente caso

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