
El Tribunal Supremo ha abierto una nueva causa penal contra Luis 'Alvise' Pérez, esta vez acusado de acosar a los dos eurodiputados de su propio partido, 'Se Acabó La Fiesta'. Los jueces explican que, después de enemistarse con Alvise a cuenta de varias votaciones , fueron “víctimas de una continua campaña de hostigamiento” y que llegaron a “temer por su integridad física” tras filtrarse sus direcciones de correo, su teléfono y sus redes sociales.
La plataforma SALF encabezada por Alvise Pérez consiguió tres eurodiputados en las últimas elecciones europeas, Nora Junco y Diego Solier, en unos comicios en los que consiguió 800.000 votos . Los conflictos internos empezaron poco después, cuando el propio Alvise especuló con que sus dos parlamentarios hubieran sido comprados por el lobby armamentístico por no votar igual que él en varios procesos relacionados con el rearme en el Parlamento Europeo.
Junco y Solier abandonaron SALF para integrarse, como independientes, en el grupo que encabeza el partido de la italiana Giorgia Meloni. En paralelo, anunciaron su intención de denunciar a su antiguo líder por haber promovido el acoso contra ellos a través de sus declaraciones, vídeos, entrevistas y sus mensajes en Telegram donde atesora algo más de 650.000 seguidores en la actualidad.
El Tribunal Supremo entiende que hay material suficiente para abrir una nueva causa contra Alvise, que también está investigado por promover un hostigamiento similar contra la fiscal Susana Gisbert, por difundir una falsa prueba PCR de Salvador Illa y, finalmente, por financiar su candidatura a las últimas elecciones con 100.000 euros en efectivo pagados por un empresario de las criptomonedas, Álvaro Romillo.
Los dos antiguos miembros de SALF aseguran que los mensajes y vídeos de Alvise se tradujeron en un acoso incesante contra ellos, filtrándose sus números de teléfono y sus direcciones de correo. Desde entonces, afirman, han recibido una “ingente cantidad” de insultos y amenazas, sufriendo “una continua sensación de inseguridad”. Nora Junco, incluso, ha tenido que cambiar de número de teléfono mientras recibe “cientos” de correos al día.
La Sala de lo Penal explica que Alvise hizo llamadas “explícitas” a que sus miles de seguidores desarrollaran “una actitud repetidamente hostil” a sus dos antiguos colaboradores. Alvise, además, “pudo haber facilitado aspectos personales” de Junco y Solier “reiterando sus llamamientos a que resultaran hostigados como reacción a su posición política”.