Hay personas que pueden pasar horas dándole vueltas a una conversación o a un suceso concreto que ya terminó. Analizan una palabra, un tono, una reacción. S e preguntan si hicieron algo mal, si dijeron algo fuera de lugar o si el otro ha cambiado su forma de tratarlas . No es obsesión, es sobrepensamiento , y según la psicóloga Silvia Severino , lo más duro de vivir así es “ser extremadamente sensible a los pequeños cambios”.

En uno de sus vídeos más recientes, la psicóloga explica que este tipo de personas suelen tener un patrón muy claro: cuando se apegan a alguien, su estado de ánimo depende mucho de cómo esa persona actúe con ellas. “Una simple pausa, una mirada o un cambio de tono puede hacerles creer que algo va mal”, comenta. Lo que está detrás de ese comportamiento tiene n

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