La dimisión de Sébastien Lecornu como primer ministro de Francia, apenas 27 días después de su nombramiento, no es un simple reajuste de gabinete. Su renuncia, la del tercer jefe de gobierno en un año y el quinto en el segundo mandato de Emmanuel Macron, ha dejado de ser una anécdota de la política interna francesa para convertirse en una señal de alarma que resuena en los mercados financieros y en los pasillos de Bruselas.

Francia , la segunda economía de la eurozona, se ha vuelto ingobernable, y el riesgo de contagio es ahora una amenaza tangible.

La crisis que hoy sacude a Francia es la consecuencia directa de la apuesta fallida de Macron en las elecciones legislativas anticipadas de julio de 2024, que resultaron en una Asamblea Nacional fragmentada y sin una mayoría clara. Desde ento

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