La defensa de Cristina Álvarez ha presentado sus alegaciones a la decisión del juez Peinado de transformar la investigación abierta por la actividad profesional de Begoña Gómez a la ley del jurado. Dice el escrito que ella no pudo cometer un delito de tráfico de influencias porque la cátedra se creó antes de que empezara a hacer ciertas gestiones relacionadas con esta formación. Gestiones que se limitaron, subraya, "a transmitir recados de tipo administrativo y de mero trámite. Una labor de mensajera en la que se limita transmitir recados de Begoña Gómez al exvicerrector, Juan Carlos Doadrio". Los correos que obran en la causa, añade, "solo reflejan lo que la jurisprudencia denomina actos neutrales: actos cotidianos y socialmente adecuados que no cabe reputar como penalmente típicos porque

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