Si va a tener éxito duradero, la 4T tendrá que convertirse en una verdadera cultura política de valores arraigados entre cuadros y miembros del movimiento

Los términos “proyecto de la Cuarta Transformación ”, “humanismo mexicano” u “obradorismo” podían usarse indistintamente hasta hace un año. ¿Qué era la 4T? ¿En qué consistía? En aquello que hiciera o dijera López Obrador.

Había apuestas en común e identidades entre los muchos cuadros que forman esta fuerza política, desde luego. Pero era el líder fundador quien marcaba definiciones, prioridades y agenda. Para efectos prácticos, ese mando y esa concepción fueron necesarios para que este movimiento se hiciera del poder. Muchos compartían su bandera y entendían que su liderazgo era la vía del cambio.

Un año más tarde existen señales de

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