Cuando los astronautas de las próximas misiones Artemis pisen la región del polo sur de la Luna , no estarán solo ante un paisaje helado y lleno de cráteres.

Estarán, literalmente, sobre los escombros del impacto más colosal de la historia lunar: el que dio origen a la cuenca South Pole-Aitken (SPA) , una cicatriz de más de 2.000 kilómetros de longitud que ocupa gran parte de la cara oculta del satélite.

Un nuevo estudio dirigido por el geofísico Jeffrey Andrews-Hanna , de la Universidad de Arizona, publicado en la revista Nature , reinterpreta el origen de esa gigantesca cuenca y su papel en la evolución del interior lunar.

Según los investigadores, el impacto que la creó hace unos 4.300 millones de años no se produjo desde el sur -como se creía hasta ahora-, sino desde e

See Full Page