En muchas ocasiones podemos asociar el agua embotellada como una opción de mayor calidad para poder hidratarnos por encima del agua del grifo. Pero la realidad es que los últimos análisis científicos apuntan a que el agua embotellada es una fuente directa de exposición a nano y microplásticos (NMPs).

Esto es algo que supone que los consumidores habituales de agua embotellada pueda estar ingiriendo hasta 90.000 partículas de plástico adicionales al año en comparación con quienes beben agua del grifo. Algo que rompe con la idea que podemos llegar a todos de que el agua embotellada es mucho más sana como siempre nos han intentado vender.

El enemigo invisible. El estudio, publicado en la revista Journal of Hazardous Materials define los microplásticos como partículas de entre 1 micrómetro y

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