Bajaron de los autobuses por decenas. Eran familias de las periferias pobres de Lima, la capital de Perú, que llegaron a la ciudad convocadas por un viaje, un almuerzo y una entrada gratis para un parque acuático.
Algunos lucían los atuendos que usaban para ir a la iglesia y llevaban biblias, pues habían oído que habría un evento conmemorativo para un cristiano evangélico como ellos. Les dijeron que había sido asesinado en Estados Unidos por sus creencias, aunque pocos sabían su nombre.
Muchos otros estaban más confundidos. “¿Quién es Charlie Kirk?”, preguntó Milagros García, de 56 años, sentada con un plato de pollo en el evento de Charlie Kirk celebrado en Lima el sábado.
“No, no lo he visto”, añadió cuando le mostraron el folleto del acto: una foto de Kirk delante de las banderas per