
Perú ha vivido esta noche una de las jornadas políticas más convulsas de su historia reciente. El Congreso de la República aprobó, con una contundente mayoría de 122 votos a favor de un total de 130 , la destitución inmediata de la presidenta Dina Boluarte , acusándola de «incapacidad moral permanente» para enfrentar la crisis de inseguridad y el auge del crimen organizado.
La decisión, que se adoptó en una sesión de trámite exprés, supone el fin abrupto de un mandato de dos años y diez meses y abre una nueva etapa de incertidumbre política a solo seis meses de las elecciones generales de 2026 .
Una votación sin precedentes
Las cuatro mociones de vacancia presentadas por distintos bloques opositores se unificaron en un solo texto que acabó recibiendo un respaldo casi unánime, muy por encima de los 87 votos necesarios . La mandataria, que decidió no presentarse ante el hemiciclo para defender su gestión, quedó así destituida de manera fulminante , con la votación retransmitida en directo por los principales canales del país.
Boluarte, primera mujer en ocupar la presidencia de Perú , asumió el cargo en diciembre de 2022 tras el fracasado intento de autogolpe de Estado de Pedro Castillo , de quien era vicepresidenta. Ambos habían llegado al poder en 2021 bajo la bandera del partido Perú Libre , de ideología marxista-leninista.
La inseguridad y los escándalos, el detonante
El detonante inmediato de la crisis fue el atentado contra la popular banda de cumbia Agua Marina , ocurrido en el Círculo Militar de Chorrillos , que reavivó el debate sobre el fracaso del Gobierno en materia de seguridad . Perú atraviesa un alarmante incremento de homicidios, secuestros y extorsiones ligados a bandas criminales, lo que ha desatado una ola de indignación social.
La presión fue en aumento durante las últimas semanas, con la ruptura definitiva del apoyo del fujimorismo —hasta entonces aliado de conveniencia de Boluarte—. El diputado César Revilla , de Fuerza Popular, fue tajante al anunciar la posición de su bancada:
«La bancada en pleno venimos a informar que vamos a apoyar cualquier moción de vacancia que se presente contra Boluarte».
Ese anuncio marcó el punto sin retorno para una presidenta que ya enfrentaba múltiples cuestionamientos por casos de corrupción, abuso de poder y un escándalo por el incremento de su salario presidencial en plena crisis económica.
José Jerí Oré asume la presidencia
La destitución ha llevado automáticamente al presidente del Congreso, José Jerí Oré , a asumir la jefatura del Estado . Jerí, dirigente del partido Somos Perú , de orientación centroderechista, juró el cargo pasada la medianoche , en una ceremonia transmitida en cadena nacional.
La televisión pública interrumpió la comparecencia de Boluarte —que hablaba en directo rodeada de sus ministros— para emitir la toma de posesión de Jerí , una escena que simboliza el desmoronamiento político del Gobierno.
«Hay que ser dignos y saber pedir perdón por los errores que hayamos podido cometer», declaró el nuevo mandatario en su primer discurso, prometiendo «declarar la guerra a las bandas criminales» que azotan el país.
Sin embargo, su ascenso no está exento de polémica: Jerí enfrenta investigaciones por presunta corrupción y acusaciones de abuso sexual , lo que podría convertir su mandato provisional en otro foco de controversia.
Una crisis de Estado en cadena
La destitución de Boluarte refleja la profunda inestabilidad política que vive Perú desde 2016, año en que comenzó una sucesión de destituciones, renuncias y acusaciones que han llevado a seis presidentes diferentes en menos de una década .
Boluarte deja el cargo con una popularidad del 5 % , la más baja desde que existen registros en el país, y con un Congreso igualmente desprestigiado. En palabras de la politóloga Rocío Silva Santisteban ,
«Perú ha entrado en un bucle de autodestrucción institucional donde ningún presidente logra terminar su mandato y el Parlamento se ha convertido en un arma de demolición política».
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su «preocupación» por la crisis y pidió respeto a la Constitución, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) ha convocado una sesión extraordinaria para analizar la situación.
Un país sin rumbo claro
Con la salida de Boluarte, el país queda políticamente descabezado en un momento de máxima tensión social. Las protestas, especialmente en Lima y en el sur andino, se intensificaron durante la noche, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad .
Mientras tanto, el nuevo presidente José Jerí Oré ha anunciado que mantendrá la fecha de las elecciones generales para abril de 2026 , pero no descarta adelantar los comicios si la situación lo requiere .
En el Congreso, la presidencia ha quedado en manos de Fernando Rospigliosi , miembro de Fuerza Popular, lo que confirma el retorno del bloque fujimorista al control político del Legislativo.
Perú, que en menos de tres años ha visto caer a Pedro Castillo, a Dina Boluarte y a tres gabinetes consecutivos, vuelve a quedar atrapado en el círculo vicioso de su propia inestabilidad .